
Llegando a una distribución de comida, los chicos nos invitaron a comer su pan casero y chai. En situaciones tan difíciles, los momentos compartidos se vuelven de un valor incalculable.
Llegando a una distribución de comida, los chicos nos invitaron a comer su pan casero y chai. En situaciones tan difíciles, los momentos compartidos se vuelven de un valor incalculable.
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Increíble lo mucho que valen cosas que aquí poco nos paramos ni a pensar, me encanta la iniciativa y el desarrollo, gracias por dar donde mas se necesita y hacer de este un mundo mas solidario.